jueves, 4 de diciembre de 2008

ABSTRACCIÓN

ABSTRACCIÓN
LA TEORÍA

“De igual manera, para comprender el proceso de la lectoescritura no podemos permanecer fuera de él. Tenemos que introducirnos en su interior, lo cual significa que debemos transformarnos en lectores y escritores. Sólo así es posible conocer de verdad el proceso, sentirlo y, por lo tanto, comprenderlo. A este respecto, lo que el maestro haga en relación con la lectoescritura, dependerá no solamente de lo que él sepa, sino -y tal vez por encima de cualquier otra cosa- de lo que él sea”.
Dubois, María Eugenia. El factor olvidado en la formación de los maestros



Desde hace años la sociedad ha visto a la educación como el motor de cambio y movilidad social que permitirá tener una sociedad equitativa, en la cual todos los ciudadanos estemos en igualdad de oportunidades de desarrollo tanto personal como profesional.



Ante dicha expectativa no es de extrañarse que la búsqueda de la mayor eficiencia sea una prioridad cotidiana en la educación, misma que pese a los múltiples esfuerzos de los docentes y directivos se encuentra en una clara crisis.


De
acuerdo con María Eugenia Dubois, (1991) si se observan los estudios sobre lectura que se han publicado en los últimos cincuenta años, podemos darnos cuenta de que existen tres concepciones teóricas en torno al proceso de la lectura. La primera, que predominó hasta los años sesenta aproximadamente, concibe la lectura como un conjunto de habilidades o como una mera transferencia de información. La segunda, considera que la lectura es el producto de la interacción entre el pensamiento y el lenguaje. Mientras que la tercera concibe la lectura como un proceso de transacción entre el lector y el texto.


La lectura como conjunto de habilidades o como transferencia de información.
Esta teoría, supone el
conocimiento de las palabras como el primer momento de la lectura, seguido de la comprensión y el último momento que es el de la evaluación.
Según María Eugenia Dubois, (1991), la
comprensión se considera compuesta de diversos subniveles:
· La
comprensión o habilidad para comprender explícitamente lo dicho en el texto.
· La inferencia o
habilidad para comprender lo que está implícito.
· La
lectura crítica o habilidad para evaluar la calidad de texto, las ideas y el propósito del autor.

De
acuerdo con esta perspectiva, el lector comprende un texto cuando es capaz precisamente de extraer el significado que el mismo texto le ofrece. Esto implica reconocer que el sentido del texto está en las palabras y oraciones que lo componen y que el papel del lector consiste en descubrirlo.
En este momento, estamos hablando de lo que sería, la capacidad del niño para extraer las ideas principales del texto, y ésta es quizá una de las actividades que más trabajo les cuesta, pues para poder hacerlo, es indispensable, haber logrado una comprensión de lo que han leído.
Las investigaciones llevadas a cabo por investigadores como Rockwell, Collins y Smith afirman que tanto los conceptos de los docentes sobre lo qué es
aprender a leer, como las actividades que se llevan a cabo en las aulas no incluyen aspectos relacionados con la comprensión lectora. Esto pone de manifiesto que los docentes comparten mayoritariamente la visión de la lectura que corresponde a los modelos de procesamiento ascendente según los cuales la comprensión va asociada a la correcta oralización del texto. Si el estudiante lee bien, si puede decodificar el texto, lo entenderá; porque sabe hablar y entender la lengua oral.
Esta
teoría tuvo tanto arraigo que aún hoy día los sistemas escolares basan en ella la enseñanza de lectura. Nuestro país no es una excepción, baste a manera de ejemplo, echar un vistazo a las guías curriculares de los programas de español y a los libros de texto existentes. Encontramos un sinnúmero de recomendaciones y ejercicios que sólo pretenden que los estudiantes extraigan el significado del texto.
Justamente es esta teoría, la que a pesar de parecer más elemental, se sigue utilizando, y es que no podemos llegar a otros niveles de comprensión, cuando no tenemos lo elemental, y si retomamos la clasificación o teoría que pueden explicar el proceso de la lectura, pareciera ser que son independientes una de otra, pero la verdad es que es lo mismo, sólo que se trata de dar un enfoque diferente, tratando de adecuarse a las necesidades de la sociedad vigente.

La lectura como un proceso interactivo / teoría de los esquemas
Esta teoría, considera que la
lectura es el producto de la interacción entre el pensamiento y el lenguaje.
Los avances de la psicolingüística y la
psicología cognitiva a finales de la década del setenta retaron la teoría de la lectura como un conjunto de habilidades. A partir de este momento surge la teoría interactiva dentro de la cual se destacan el modelo psicolingüístico y la teoría del esquema. Esta teoría postula que los lectores utilizan sus conocimientos previos para interactuar con el texto y construir significado.
Kenneth Goodman es el líder del
modelo psicolingüístico. Éste parte de los siguientes supuestos:
1. La
lectura es un proceso del lenguaje.
2. Los lectores son usuarios del lenguaje.
3. Los conceptos y métodos linguísticos pueden explicar la lectura.
4. Nada de lo que hacen los lectores es accidental; todo es el
resultado de su interacción con el texto. (Citado en Dubois, p10)

Frank Smith (1980), uno de los primeros en
apoyar esta teoría, destaca el carácter interactivo del proceso de la lectura al afirmar que "en la lectura interactúa la información no visual que posee el lector con la información visual que provee el texto" (Citado en Dubois, p. 11). Es precisamente en ese proceso de interacción en el que el lector construye el sentido del texto. De manera similar Heimilich y Pittelman (1991), afirman que la comprensión lectora ha dejado de ser "un simple desciframiento del sentido de una página impresa" (p.10). Es un proceso activo en el cual los estudiantes integran sus conocimientos previos con la información del texto para construir nuevos conocimientos.

Dubois (1991) afirma que: "el enfoque psicolingüístico hace mucho
hincapié en que el sentido del texto no está en las palabras u oraciones que componen el mensaje escrito, sino en la mente del autor y en la del lector cuando reconstruye el texto en forma significativa para él"( p.11). Igualmente, para Tierney y Pearson (1983) son los lectores quienes componen el significado. Por esta razón no hay significado en el texto hasta que el lector decide que lo haya.

Heimlich y Pittelman (1991), apuntan que "la
consideración del proceso de la lectura como un diálogo mental entre el escrito y el lector es un efecto de la gran influencia que ha tenido la teoría de los esquemas") (p.11) en la comprensión de la lectura.
Ante esta aseveración, nos vemos en la necesidad de aclarar cómo habrá de entenderse el término de “esquema” en esta teoría, por lo que lo consideraremos como una estructura de datos que representa los conceptos genéricos que archivamos en la memoria. Es decir, se trata de la información que vamos almacenando en nuestra mente, pero dicha información está relacionada de forma irremplazable con una imagen, es decir, pareciera ser que damos una imagen a los conceptos, para de esa manera almacenarlos en nuestra mente.
Hay diversos esquemas, unos que representan
nuestro conocimiento otros; eventos, secuencia de eventos, acciones, etc.
La
teoría de los esquemas explica cómo la información contenida en el texto se integra a los conocimientos previos del lector e influyen en su proceso de comprensión. La lectura como el proceso mediante el cual el lector trata de encontrar la configuración de esquemas apropiados para explicar el texto en cuestión. Los psicólogos constructivistas retomaron el concepto del esquema utilizado por Bartlett en 1932 en sus estudios sobre la memoria para designar las estructuras cognoscitivas que se crean a partir de la experiencia previa. Un esquema, según la definen sus teóricos, es la red o categorías en la que se almacena en el cerebro lo que se aprende, las cuales han sido acompañadas por imagen o logos que las diferencian de otros.
De este modo, al realizar una lectura, logramos
comprender un texto sólo cuando somos capaces de encontrar en nuestro archivo mental (en la memoria) la configuración de esquemas que le permiten explicar el texto en forma adecuada.
Cuando una persona lee sobre un museo o ve imágenes, fotos o lo visita, va agregando cada una de estas experiencias a su esquema de lo que es un museo. Algo que no puede hacer quien no tiene dichas experiencias. Cuando no se ha tenido experiencia alguna sobre un tema determinado, no se dispone de esquemas para activar un conocimiento determinado y la comprensión será muy difícil, si no imposible.. Estos esquemas están en constante desarrollo y transformación. Cuando se recibe nueva información, los esquemas se reestructuran y se ajustan. Cada nueva información amplía y perfecciona el esquema existente. (Heimlich y Pittelman,1991)

En el salón de clases, con niños de quinto y sexto grado, podemos apreciar la utilización de esquemas en forma constante, pues los niños ya se han hecho de un cúmulo de estructuras previas, las cuales ponen en uso en cada actividad, de lo contrario, no podrían entender indicaciones o no estarían en el grado indicado.
Desde su ingreso a la educación formal, y más aún, desde el seno de su hogar, los niños construyen estructuras que les permiten ir acrecentando sus saberes, así como ir dándoles un significado y utilidad.
La
lectura como proceso transaccional

Esta
teoría viene del campo de la literatura y fue desarrollada por Louise Rosenblatt en 1978 en su libro "The reader, the text, the poem". Rosenblatt adoptó el término transacción para indicar la relación doble, recíproca que se da entre el cognoscente y lo conocido. Su interés era hacer hincapié en el proceso recíproco que ocurre entre el lector y el texto (Dubois,1991). Dice Rosenblatt al respecto: "Mi punto de vista del proceso de lectura como transaccional afirma que la obra literaria ocurre en la relación recíproca entre el lector y el texto. Llamo a esta relación una transacción a fin de enfatizar el circuito dinámico,fluido, el proceso recíproco en el tiempo,la interfusión del lector y el texto en una síntesis única que constituye el significado ya se trate de un informe científico o de un "poema" (Rosenblatt, 1985, p.67).
Para Rosenblatt, la
lectura es un momento especial en el tiempo que reúne un lector particular con un texto particular y en unas circunstancias también muy particulares que dan paso a la creación de lo que ella ha denominado un poema. Este "poema" (texto) es diferente del texto escrito en el papel como del texto almacenado en la memoria. De acuerdo con lo expuesto en su teoría, el significado de este nuevo texto es mayor que la suma de las partes en el cerebro del lector o en la página. (Rosenblatt,1978).
La diferencia que existe, según Cairney (1992) entre la
teoría transaccional y la interactiva es que para la primera, el significado que se crea cuando el lector y el autor se encuentran en los textos es mayor que el texto escrito o que los conocimientos previos del lector. El considera que el significado que se crea es relativo, pues dependerá de las transacciones que se produzcan entre los lectores y los textos en un contexto específico. Los lectores que comparten una cultura común y leen un texto en un ambiente similar, crearán textos semejantes en sus mentes. No obstante, el significado que cada uno cree no coincidirá exactamente con los demás. De hecho, los individuos que leen un texto conocido nunca lo comprenderán de la misma forma.

Estas son las tres teorías que tratan de explicar la manera en que los alumnos llegan a la comprensión lectora, como se aprecia, no se trata de recetas o instructivos ha seguir, simplemente son bases teóricas que como docentes debemos de tener presentes al momento de intentar entender tan complejo, y pareciera, inalcanzable proceso educativo, vital para lograr la tan anhelada calidad educativa.
Una vez hemos establecido las nuevas teorías en el campo de la
lectura y sus implicaciones en la enseñanza, es necesario pasar a conocer el proceso de la lectura, que aunque no es una teoría como tal, si da continuidad al trabajo expuesto por Dubois, y resulta indispensable, agregarlo en este momento, para de esa manera, poder presentar una visión más completa, que nos permite no sólo sustentar esta investigación, si no que también, darle sentido y coherencia, se trata de hacer lo más concreta y completa posible la información necesaria para luego, poder llevar esto a la práctica, a la aplicación directa.

El proceso de la lectura
El proceso de la
lectura es uno interno, inconsciente, del que no tenemos prueba hasta que nuestras predicciones no se cumplen; es decir, hasta que comprobamos que en el texto no está lo que esperamos leer. (Solé, 1994) Este proceso debe asegurar que el lector comprende el texto y que puede ir construyendo ideas sobre el contenido extrayendo de él aquello que le interesa. Esto sólo puede hacerlo mediante una lectura individual, precisa, que le permita avanzar y retroceder, que le permita detenerse, pensar, recapitular, relacionar la información nueva con el conocimiento previo que posee. Además deberá tener la oportunidad de plantearse preguntas, decidir qué es lo importante y qué es secundario .Es un proceso interno; que es imperioso enseñar.
Solé (1994), divide el proceso en tres subprocesos a saber: antes de la lectura, durante la
lectura y después de la lectura. Existe un consenso entre todos los investigadores sobre las actividades que los lectores llevan a cabo en cada uno de ellos. Solé recomienda que cuando uno inicia una lectura se acostumbre a contestar las siguientes preguntas en cada uno de las etapas del proceso.
Antes de la lectura
¿Para qué voy a leer?
¿Qué sé de este texto?
De qué trata este texto? ¿Qué me dice su estructura?
Durante la lectura
1.
Formular hipótesis y hacer predicciones sobre el texto
2.
Formular preguntas sobre lo leído
3.
Aclarar posibles dudas acerca del texto
4.
Resumir el texto
5.
Releer partes confusas
6.
Consultar el diccionario
7.
Pensar en voz alta para asegurar la comprensión
8. Crear imágenes mentales para visualizar descripciones vagas
Después de la lectura
1. Hacer resúmenes
2.
Formular y responder preguntas
3. Recontar
4.
Utilizar organizadores gráficos










LA ABSTRACCIÓN



Definitivamente resulta difícil pensar en el hecho de que exista una receta para implementar o mejorar una cuestión pedagógica, pero si tenemos que hacer un replanteamiento de la teoría para poder concretizarlo en la práctica cotidiana..
Un enfoque muy efectivo para el desarrollo de la comprensión lectora es el llamado "Enfoque Interactivo". (ya explicado las páginas anteriores).
Este enfoque parte de los procesos mentales internos que el lector activa cuando pone en práctica la compresión lectora. Lo que plantea el enfoque interactivo es que se trabajen estos procesos mentales en clase, de forma oral o escrita, para que los alumnos los vayan haciendo suyos y los utilicen cotidianamente en sus lecturas.
Este enfoque plantea que la comprensión se realice con la participación activa del alumno. Por eso, la estrategia principal que plantea este enfoque consiste en hacer preguntas y fomentar la participación antes, durante y después de leer. Estas son las etapas o momentos de la lectura, pues la compresión no se inicia después de la lectura, sino durante todo el proceso. Trabajar las lecturas a partir de estos tres momentos, hace que la compresión sea mucho más efectiva.

Quizá resultaría factible retomar los siguientes aspectos, los cuales creo pueden ser aterrizados en la práctica, y no quedar sólo como la clásica teoría que nunca puede ser aplicada, por lo tanto, tendríamos que realizar las siguientes acciones para poder así formar buenos lectores
Utilizar el conocimiento previo para darle sentido a la lectura.
  • Se trata de darle al alumno el preámbulo a la lectura, de recuperar las estrategias que se emplean al momento de leerles un cuento a los niños, constantemente, les cuestionamos sobre lo que creen que pasará, pues bien, la teoría dice que es importante hacer esto durante el proceso de la lectura.
    Monitorean su comprensión durante todo el proceso de la lectura.
    Necesitamos enseñar al niño verificar su comprensión para hacerlo éste debe cuestionarse constantemente sobre el contenido de lo que lee.
    Toman los pasos necesarios para corregir los errores de comprensión, una vez que se dan cuenta de que han interpretado mal lo leído.
    Pueden distinguir lo importante de los textos que leen.
    Debe extraer las ideas centrales, para esto, la elaboración de esquemas puede ser de gran ayuda, en los primeros momentos, podemos guiar a los niños, para luego hacerlos solos.
    Resumen la información que leen.
    Ya sea mediante esquemas, cuestionarios o resúmenes, es importante orientar al niño a extraer sus ideas centrales.

    Hacen inferencias constantemente durante y después de la lectura.
    Esta parte corresponde meramente al profesor, y es de vital importancia, puen en gran medida dependerá de los cuestionamientos que le haga al alumno, el nivel de interés que éste muestre y mantenga durante la lectura.
    Preguntan
    Cuando hemos logrado lograr en el niño un buen nivel de lectura, éste empezará a cuestionar y a criticar lo que lee, y entonces podremos hablar de un buen nivel de comprensión lectora.

    Esta teoría no está tan separada de nuestra realidad, pues si echamos un vistazo a los programas de enseñanza de el primer ciclo de la educación primaria, e incluso al plan y programas de este nivel, observaremos que se estipula que ésta deberá ser la manera correcta de llevar a los niños a la adquisición de la habilidad de la lectura.
    Mas aún, en el reciente, aunque no funcional ni aplicable programa de PRONALES (Programa Nacional para la adquisición de la Lecto – escritura), se enmarcan estos como os tres momentos claves de la lectura, el ANTES, DURANTE Y DESPUÉS DE LA LECTURA, y en cada una de ellas se enmarcan las actividades que se deben de realizar.
    Siguiendo lo mencionado en la teoría y para afianzar el proceso anterior, concretizemos…

    ¿Cómo puedo trabajar la compresión lectora en clases?

    Antes de leer...Se pueden realizar preguntas como: según el título, ¿de qué crees que tratará la historia? ¿A qué personajes conoces? Si son animales, ¿alguna vez has visto uno? ¿Cómo son? ¿Qué hacen?La idea es utilizar los elementos que te proporciona el texto para que el alumno pueda realizar la mayor cantidad de hipótesis posibles, respondiendo a las preguntas que realiza el profesor o realizando sus propias preguntas. En este momento el profesor puede hacer uso de su creatividad para motivar a los alumnos, por ejemplo, a través de una ambientación de aula que se relacione con lo que se va a leer, o con alguna dinámica.Durante la lectura...Durante la historia se puede interrumpir la narración, con la pregunta ¿qué crees que pasará ahora? Esto fomentará la formulación de hipótesis, las cuales serán comprobadas durante la lectura, lo cual a su vez consolidará la comprensión. No es recomendable realizar demasiadas interrupciones, solo las necesarias, sino la historia podría perder continuidad.Después de la lectura...Se deben hacer preguntas que no necesariamente respondan a preguntas literales, tales como el nombre lo los personajes o acciones específicas que hayan realizado durante la historia. Lo ideal es realizar preguntas del tipo, ¿qué nos enseña esta historia? ¿Cuál es el mensaje? Dibuja lo que más te gustó, pedirles que le cambien el final a la historia o que escriban otra historia donde esté el personaje que más les haya gustado, etc. Es decir, realizar preguntas o actividades que no se puedan responder directamente en texto, esto demostrará si realmente comprendieron. Los ejercicios y preguntas realizadas antes y durante la lectura, deberán consolidar a comprensión, de tal manera que sea más fácil para el alumno responder a las preguntas o actividades realizadas después de la lectura.Estos momentos responden a los procesos mentales que todo lector ha desarrollado. La comprensión se realiza, pero de manera interna.

Ahora bien, el proceso antes mencionado, debe llevarnos necesariamente a un objetivo o meta, la cual podríamos englobar en “convertirnos en buenos lectores”.

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